REFLEXIONES PSICOESPIRITUALES 

Viernes 1 de Octubre 2013

Por: Reynaldo R. Espinal

LA PATOLOGÍA DEL CONTINUO  LAMENTO 

No me atrevo a afirmar que sea una tendencia cultural de pueblo alguno, ni siquiera del pueblo dominicano, con todo y que muchos intelectuales se han referido al " pesimismo dominicano" y hace ya unos años varios teóricos desarrollaron la conocida tesis de la " desesperanza aprendida" para explicar la tonalidad pesimista de los pueblos latinoamericanos.

Lo cierto es, sin embargo, que somos muy dados a la queja y el lamento continuo. A perder nuestro tiempo deplorando la mitad de agua que le falta al vaso y a no ver la mitad de agua que contiene. Parece que, casi por natural instinto, preferimos " maldecir la oscuridad a encender una luz".

Hemos de cuidarnos de que esta peligrosa actitud se entronice en nuestras vidas. Los obstáculos serán siempre parte del camino y no es psicologicamente sano  quejarse por todo. Esto incluso, por que parte de una apreciación incorrecta: no somos los mas infelices de la tierra y para comprobarlo basta mirar a nuestro lado y repararemos en  que otros seres humanos como nosotros se encuentran en peores condiciones físicas, económicas y emocionales. 

Lamentamos el no tener zapatos pero hay otros que no tiene pies. No se trata de un conformismo que nos suma en la pasividad. Se trata de saber apreciar lo que tenemos, disfrutarlo y tratar de ser felices aun en medio del dolor y los sinsabores.