sábado, 2 de noviembre de 2013


REFLEXIONES PSICOESPIRITUALES 

Sábado 2 de Noviembre 2013

Por: Reynaldo R. Espinal

EL SENTIDO CRISTIANO DE LA MUERTE 

Los creyentes católicos celebramos al principar noviembre el recuerdo de los " fieles difuntos" y algunos amigos me han pedido  que inserte en este contexto una breve reflexión sobre el sentido cristiano de la muerte. 

Hablar de la muerte nunca será fácil y muchos menos aceptarla, reconciliarse con su realidad omnipresente. Ello me recuerda a un inolvidable profesor de filosofía que cuando con juvenil curiosidad le preguntábamos por su significado nos decía entre serio y jocoso : " no me hagan hablar de la muerte: cuando ella esté yo no estaré y mientras yo esté ella no estará" o los hondos versos de aquel inspirado poeta español que afirmaba:

" Quiero que sepan amigos
que soy un tipo con suerte
y mientras tenga la vida
no quiero hablar de la muerte". 

El tema, sin embargo, no es para despacharlo con tanta simpleza. Es para plantearlo con hondura y serenidad.

Los  cristianos  creemos en la resurrección, en la inmortalidad. Conviene, desde luego, dejar claro el sentido de esta profesión de fe. Pues durante mucho tiempo los " maestros de la sospecha", es decir, filósofos como Shopenhauer, Nietzche, Feuerbach, Marx, hablaron de la " muerte de Dios" y con ello certificaron la defunción de toda esperanza ultraterrena asociándola a un incomodo vestigio resultante del miedo, la ansiedad y la incertidumbre existencial, es decir, una " proyección " de los propios temores y vulnerabilidades humanas.

Algo de ello puede haber siempre, pero no es ese el sentido cristiano de la muerte. Creemos en la resurrección por que creemos en el amor , por que creemos que la justicia no será del todo realizada en este mundo, por que creemos que la plenitud de los anhelos humanos será posible mas allá de las contingencias del dolor y la angustia. En fin, creemos en la resurrección por que nuestra fe se inspira y sostiene en alguien y no en algo: en JESÚS DE NAZARET. Y ese alguien venció la muerte y el dolor que no tuvieron sobre el la ultima palabra. 

Se que ya esta reflexión pertenece al terreno de la teología y de la fe. Pero es bueno compartir con los demás- creyentes o no- lo que pensamos y creemos. A fin de cuentas, preciso es dejar claro que todo ser racional- y todos los somos- en algún momento de su existencia se planteará el interrogante de hacia donde vamos y que nos cabe esperar. Una respuesta plausible es la creencia religiosa. La fe sencilla y confiada de quien espera, ama y lucha sabiendo, como afirmaba en uno de sus poemas José Luis Martín Descalzo que:

" Morir solo es morir! Morir se acaba!
Morir es una hoguera fugitiva
Morir es como un barco a la deriva
y encontrar lo que tanto se buscaba! 

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