lunes, 9 de diciembre de 2013


REFLEXIONES PSICOESPIRITUALES 

Por: Reynaldo R. Espinal

Viernes 21 de Noviembre 2013


¿POR QUÉ TEMO DECIRTE QUIEN SOY?

Hace ya unos años leí un hermoso libro del escritor jesuita norteamericano John Powell que lleva por título el mismo que he seleccionado para la reflexión de hoy. Su propósito fundamental era poner en evidencia lo difícil que resulta la tarea de la liberación interior para quienes no  encuentran o buscan las condiciones propicias para expresar sus miedos, sus temores, sus ansiedades, en fin, no han podido vencer el miedo de expresarse genuinamente en un clima de apertura, respeto y transparencia.

La razón primordial de todo ello es el miedo a que los demás cambien la percepción que tienen de nosotros al hacerles confidentes de nuestras debilidades y nuestras vulnerabilidades y es por esto que muchas personas que llevan en su interior tantas heridas, tantas emociones contrapuestas, tantas ataduras espirituales no se animan a sincerarse, a expresar lo más recóndito que yace en su alma.

No es tarea fácil, pero lo primero es tener claro que no con todo el mundo puede hacerse. O se hace con un profesional de la conducta que por su alto sentido de ética y responsabilidad profesional debe mantener el " secreto profesional" pero, de igual manera, sin que ello alcance los ribetes de una sesión terapéutica profesional, puede hacerse con una persona de nuestra íntima confianza, confianza que debe cultivarse profundamente antes de dar este paso tan trascendente.

En todo caso, quien de verdad nos valore, quiera y respete nos escuchará con profunda atención; bajo ninguna circunstancia nos juzgará, nos recriminará o nos dará consejos a menos que se lo pidamos expresamente; pondrá toda su alma y su corazón  en  hacer empatía con nuestros sentimientos y nos aceptará  incondicionalmente!

Sólo cuando estas condiciones estén dadas podemos abrir nuestro interior. Poco a poco. Pero seguros de que en ese mismo instante comienza nuestra liberación interior, el largo itinerario de nuestra autoaceptación y con ello el tránsito seguro por el sendero de la autenticidad y la paz!

REFLEXIONES PSICOESPIRITUALES 

Por: Reynaldo R. Espinal

Jueves 20 de Noviembre.

¿GIGANTES MATERIALES, ENANOS ESPIRITUALES?


Una de las cosas esenciales de la vida, a nuestro humilde juicio, no es sólo tener claro aquello que queremos- cosa por lo demás muy importante-, desde luego, si no también el preguntarnos: para qué lo queremos.

A esto se refería en su día el gran psicoanalista y filósofo Erich Fromm en aquella hermosa y profunda obra titulada " El miedo a la libertad" aludiendo  a esa especie de paradoja trágica de occidente conforme a la cual hemos luchado encarnizadamente por la conquista de la libertad, por despojarnos de las ataduras materiales y espirituales que nos han subyugado y, sin embargo, a la hora de la verdad no sabemos para qué queríamos libertad.

Y al no saberlo, acabamos entregándola de nuevo a cualquier impostor. Pensemos, si no, en el nacionalsocialismo Alemán o en el Fascismo italiano, por sólo citar dos ejemplos, o la más sutil dependencia de quien se entrega al vicio, al placer desenfrenado o al consumo sin freno. Libertad para qué?

Y viene a cuento esta reflexión introductoria para situarnos, precisamente, en la perspectiva del profundo desbalance entre la vida material y espiritual en occidente. Casi lo hemos sacrificado todo por lograr mejorar las condiciones de vida, por elevar los niveles de ingreso, por  transformar  sustancialmente las condiciones materiales de la existencia- meta por cierto nada desdeñable- pero no hemos hecho lo suficiente por crecer en valores espirituales, por darle orientación y sentido al progreso material.

Como agudamente afirmaba el gran médico y filósofo español Don Pedro Laín Entralgo al comentar aquella frase de Sófocles de que el ser humano era " lo más maravilloso y lo más terrible del mundo" : Qué no diría hoy, viendo cómo los hombres han pisado la luna, se disponen a pisar otros astros, continúan proclamando el ideal de justicia y la convivencia, y siguen matándose y oprimiéndose entre si?

Necesitamos dar fundamento espiritual a los logros materiales, pues de lo contrario perdemos de vista lo esencial, el sentido cabal de lo alcanzando, como bien diría Ortega y Gasset al referirse al desarrollo técnico occidental: "...la técnica necesita un suplemento de alma". 

domingo, 1 de diciembre de 2013


REFLEXIONES PSICOESPIRITUALES 

Miércoles 19 de Noviembre 2013

Por: Reynaldo R. Espinal 

LA NECESARIA PRUDENCIA

Hoy es cada día menos frecuente hablar de la virtud de la prudencia pero no siempre fue así. Los clásicos le concedieron  importancia capital y en lo que toca a nuestro mundo hispánico prácticamente todos hemos oído hablar de esa obra magnífica del gran sabio jesuita aragonés Baltasar Gracián que lleva por título justamente " El Arte de La Prudencia".

Y es que, a decir verdad, es una de las virtudes esenciales para triunfar, ser feliz y convivir. Quien la ha internalizado sabe cual es el momento oportuno para hablar y callar; cual la ocasión y el tono para tratar un tema espinoso y delicado; es la sapiencia de saber cómo tratar y abordar a cada persona en función de su carácter y su particular situación. Es el arte de no ser  impertinente!

La prudencia no es un arte para aplicarse sólo en circunstancias especiales y extraordinarias. En la vida cotidiana hemos de hacer uso de ella para hacer llevadera nuestra convivencia, para no provocar innecesarias irritaciones. Es acaso, por ejemplo, el momento más oportuno para el diálogo en pareja aquel en que ambos o uno de ellos recién llega al hogar después de una agotadora jornada de trabajo? O es acaso lo más sensato decir a un paciente bruscamente que está afectado de terminal enfermedad sin previamente conocer a fondo su personalidad y su posible forma de reaccionar, o es lo mismo decirlo cuando está sólo que acompañado de los seres que le aman?

Necesitamos cultivar la virtud de la prudencia. Es necesaria compañera de viaje, para saber conducirnos con altura en medio de las variadas circunstancias que la vida nos presenta!