domingo, 27 de octubre de 2013


REFLEXIONES PSICOESPIRTUALES 

Sábado 26 de Octubre 2013

¿CUAL ES NUESTRO TALÓN DE AQUILES?

En muchos momentos de nuestras vidas de seguro hemos dicho en silencio o en voz alta: ese es mi talón de aquiles! o cuando no, al menos hemos dicho de otra persona para dejar en evidencia sus puntos vulnerables: ese es su talón de aquiles. 

Con ello, en uno y otro contexto, se quiere aludir a lo mismo: a que existen zonas determinadas de nuestro ser y nuestra personalidad que nos hacen frágiles, que precisamos trabajarlas mas si queremos tener una vida más plena, consciente, libre y responsable.

Conviene repasar brevemente de donde nace el término y así comprenderemos mejor el verdadero alcance de la expresión y como puede aplicarse a nuestra vida cotidiana: Aquiles, el gran guerrero griego, había crecido  con la idea de que era invulnerable. Así se lo había inculcado su madre quien,  al nacer el niño,  fue a sumergirlo en la laguna estigia ( ritual que lo convertía en resistente a todas las acechanzas, peligros y daños físicos) siempre y cuando fuera sumergido en el agua el cuerpo entero.

Según la madre de aquiles todo el cuerpo del niño se habia introducido en el agua pero alguien que veía un poco a la distancia pudo advertir que faltó un sólo punto que no pudo ser alcanzado por el agua: el talón del niño por donde la madre lo sostuvo para sumergirlo. Ese fue el punto por el cual- ya en la guerra entre los troyanos y los aqueos- Paris, su encarnizado enemigo, pudo introducirle el dardo envenenado que le causó la muerte.

Recuerdo que hace ya unos años un importante psiquiatra norteamericano, Harold Bloomfield, escribió un hermoso libro inspirado en esta leyenda titulado " El Síndrome de Aquiles" y es el texto que, en parte, inspira hoy esta reflexión. De entre aquellas valiosas orientaciones de Bloomfield no puedo olvidar dos, no por sencillas, menos profundas:

1.- Todos tenemos nuestro talón de aquiles: sea consciente de ello y no se crea invulnerable!. Será peor! Puede ser su carácter irascible, su poca paciencia, su limitado margen para tolerar los defectos ajenos, su desesperación inusual cuando las cosas no resultan como usted deseaba, su miedo a formar pareja, en fin..cada quien tiene la tarea de ahondar en ello sin ansiedad, con actitud considerada hacia si mismo y hacia los demás, pero con paciencia, persistencia y humildad.

2.- A lo que tú te resiste persiste: es el caso de una joven a quien recuerdo muy bien y que tenía miedo a formar pareja por que un día podía abandonarla y dejarla sola, algo que para ella- según decía- sería entonces insufrible. Ese miedo la llevó, claro, a no formalizar su relación con nadie y al final, como una especie de profesía autocumplida, se quedó sola! No es bueno negar nuestros puntos frágiles, pues entonces no podremos trabajar con ellos y no será posible cambiar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario