domingo, 20 de octubre de 2013

DON MANUEL ARSENIO UREÑA: PARADIGMA DE UN FILANTROPO.

NOTA: Este artículo fue escrito a los cuatro días del fallecimiento de mi inolvidable Don Arsenio. En su día no fue publicado. Lo comparto ahora con ustedes pues siempre he creído que seres humanos de su estatura humana y moral se agigantan con el tiempo. 

Por: Reynaldo R. Espinal

Han transcurrido apenas cuatro días de su partida al eterno regazo. Muy poco tiempo aún  como para que su figura se posicione en la conciencia nacional en sus reales dimensiones; ello no obstante,   basta realizar un breve recorrido por las reseñas de prensa y las opiniones vertidas en estos días  a raíz de su deceso como para comprobar que  fue Don Arsenio un dominicano excepcional, muy a pesar de que su perfil humilde, austero, circunspecto tratara siempre de disimularlo.

En una sociedad como la actual, donde de forma agigantada se ha impuesto la ley del menor esfuerzo, la ansiosa búsqueda de prestigio y bienestar sin reparar en los medios que para ello sea menester emplear, conocer la límpida y sacrificada trayectoria de este egregio dominicano ha de servir para despertar sentimientos de nobleza y altruismo.

Don Arsenio siempre reivindicó con inocultable orgullo sus originales vínculos con la serranía. El humilde hogar de “Guama”- situada entre   Jánico y San José de Las Matas- donde le correspondió venir al mundo, no era un lecho de rosas, aunque sí una incipiente escuela de respeto, trabajo, decencia y fe cristiana.

Allí templó su voluntad y su carácter realizando los más duros oficios, desde trabajar la tierra, lustrar zapatos y llevar  en largos e insomnes recorridos, las “yaguas” que eran vendidas  en el hospedaje Yaque  de Santiago, para con el producto de dicha venta adquirir los productos básicos para el sustento del hogar.

Mi madre – quien por cierto estudió junto a Don Arsenio en la Escuela Primaria- me contaba de aquellas peripecias de llevar las ventas al Hospedaje, que a muchos de mis tíos correspondió también realizar muchas veces enfrentando las inclemencias del sereno, del frío, del sol y de las lluvias, arreando  las “ recuas”   por caminos inhóspitos. Eso lo hizo Don Arsenio muchas veces.

Pero precisamente, es esta voluntad curtida en avatares, en insomnios, la que preparan nuestra voluntad e inteligencia para el triunfo. Y así fue como pensando en llegar lejos se instaló en la ciudad, se hizo perito contable y a base de ahorro pudo comenzar a levantar sus negocios hasta llegar a convertirse en uno de los empresarios más prósperos de la República Dominicana.

En estos días que corren tan proclives a la deshumanización de la actividad empresarial; cuando se piensa en la ganancia sin que importen las personas, ciudadanos como Don Arsenio constituyen un ejemplo inextinguible de inspiración y estímulo moral. El enseñó que es posible hacer fortuna a base del trabajo honrado y que no hay éxito empresarial sostenible sin pensar y hacer bien a la persona humana.

! Para el la merecida paz de los justos y de los buenos! 





No hay comentarios:

Publicar un comentario